
En el fascinante universo de los cómics se ha satirizado a numerosos personajes y oficios. No podíamos faltar, pues, en la relación los periodistas. A mediados de los años cuarenta los niños que adquirían la revista infantil ‘Pulgarcito’ se encontraron en sus páginas con un nuevo y divertido personaje:‘El Reporter Tribulete, que en todas partes se mete’.

Su autor era un prestigioso dibujante llamado Guillermo Cifré, que elegía este apellido como firma artística. El bueno de Tribulete vivía variadas aventuras/desventuras cuando intentaba capturar en la calle una exclusiva para llevársela de inmediato al director del periódico ‘El Chafardero Indomable’, en que el que trabajaba escribiendo noticias y haciendo fotos. El destino laboral no solía resultarle muy pródigo en caricias…

Cada dos por tres Tribulete padecía los problemas derivados del ejercicio del oficio de informador, siempre más complejo por dentro de lo que parece por fuera. Los lectores se divertían a tope con sus ocurrencias y conflictos. No en vano Cifré era un maestro manejando el lápiz, sabía sacarle máximo partido cómico a cualquier situación. Las historietas de Tribulete, vistas hoy, siguen siendo simpatiquísimas. No han perdido, a pesar del cambio de siglo, fuerza expresiva.

Con ‘El Reporter Tribulete, que en todas partes se mete’ la inolvidable ‘escuela Bruguera’ logró uno de sus éxitos más sobresalientes. Alcanzó tanta popularidad aquel gracioso tipo que incluso en Correos le eligieron para formar parte de una serie de sellos dedicados al cómic español. Sin duda, se lo merecía. Todos los que trabajamos en el periodismo somos, sí, un poco tribuletes. A todos nos dibujó el gran Cifré.
